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Dorado

Con el dorado se pueden cumplir varios aspectos. Por un lado, las propiedades anticorrosivas del oro pueden transferirse a otros materiales y, por otro, también se aprovecha el atractivo óptico del oro. En el chapado en oro, los objetos se cubren con una fina capa de oro. Fabricar el objeto respectivo completamente de oro sería demasiado caro debido a la rareza del oro, por eso tiene sentido recubrirlo con una fina capa de oro. El chapado en oro puede aplicarse a una gran variedad de materiales; metales como el zinc, el acero inoxidable, el latón, el bronce, la plata o el cobre son especialmente adecuados. Pero también los textiles, el papel, la madera, el plástico o la cerámica pueden refinarse con este proceso. Para dorar se puede utilizar oro puro, pero son más comunes las aleaciones de oro, por ejemplo, oro 333 o 585. Estas aleaciones con plata, cobre, cadmio y zinc confieren al oro más dureza, lo hacen más resistente y también garantizan una amplia gama de colores para el recubrimiento del metal precioso. Es posible el chapado en oro rojo, oro amarillo y oro blanco, e incluso tonos azules y verdes del metal precioso. El chapado en oro puede realizarse mecánicamente con láminas de oro aplanadas o químicamente mediante galvanoplastia.